domingo, 14 de octubre de 2007

Camino de Santiago 5.Dia II

Me levante a eso de las 8:30. Estaba cansado, no había dormido ni mucho ni bien. Pero mis piernas estaban bien, así que a montar. Recogí mis cosas y me prepare para montar. Esa mañana en el albergue cogí una especia de plano que ponía los pueblos que pasabas, desniveles aproximados, etc., y que a la larga fue fundamental, ya me ayudo a organizarme e hizo que no me perdiese.

Al bajar al garaje a por la bici, primera movida. Tenía la rueda trasera deshinchada. No pinchada, con cero de aire, pero si deshinchada. La hinche (llevaba una bomba) y vi que mas o menos tiraba, no perdía presión. Salí a buscar un bar para desayunar. El tiempo húmedo, había llovido toda la noche, pero despejado. Buen tiempo para montar en bici. Busqué el bar y desayune mi café y tostadas. Una vez desayunado, decidí cambiar la cámara de la bici por precaución, así que en la puerta del bar allí estuve cambiándola. Igual fue el frío, o a saber lo que hizo que perdiese presión durante la noche, pero no quería arriesgar. Entre unas cosas y otras me subí a la bici a las 10:20.

La salida de Astorga estuvo muy graciosa. Eran fiestas, y a las 10 la gente estaba por las calles con sus minis, borrachos como cubas. Recuerdo de algunas fiestas en Torreca, por ejemplo.
Nada más salir de Astorga, tenía un puerto de unos 26 Km., la cruz de Hierro. En estos días de bici, siempre me paso más o menos lo mismo. La primera hora siempre muy bien, rodando muy fácil y fuerte. Y a partir de la primera hora se empieza a sufrir. Se nota que las piernas están cansadas, y hay que aguantar.

Y empiezo a dar pedales. Muy fuerte, de los 26 Km. que tenia el puerto, los 15 primeros los hago muy rápido y fácil. Pero a mitad se empieza a oscurecer el cielo. Pasando por un pueblo, me dice un lugareño, “abrígate que rompe antes de misa” Siguiendo las indicaciones del hombre, paro y me pongo el chubasquero que llevaba. Y efectivamente, a las 12 se pone a llover. Primero a chispear, luego a llover y después a jarrear (también conocido como caer la del pulpo, D). Montar en bici mientras llueve no es agradable, pero es mucho menos molesto de lo que yo creía. Cuando rompió a llover estaba a unos 6 Km. del puerto, a unos 5 Km. del pueblo mas cercano. Evidentemente no me iba a dar la vuelta y volver a tras, así que decidí seguir para arriba.

Llegue al pueblo en cuestión (no recuerdo el nombre) y me cruce con un albergue. Aunque montar en bici lloviendo no es molesto, tampoco es nada agradable, así que decidí parar y descansar hasta que dejase de llover. En el albergue muy majos. Estaban un grupo de alemanes (Había muchos alemanes e italianos) El albergue tenía dos plantas, me dijo el encargado que me subiese a la segunda, que estaría solo y más tranquilo. Y así lo hice. Me cambie de ropa, y me tire a escuchar música y a escribir. Fuera estaba cayendo la del pulpo, y yo estaba dentro, relajado, escuchando llover… y me quede dormido.

Tras media hora de sueño, había que ponerse en marcha, ya que aprecia que había dejado de llover. Me puse la ropa de ciclismo de repuesto (la otra estaba encharcada), comí un par de barritas energéticas, y me dispuse a subirme a la bici. Al final, entre unas cosas y otras había estado en el albergue un par de horas. La ropa de la mochila estaba seca. Es algo que aprendí del ejército. Todo va en bolsas impermeables (de estas de congelados) La ropa, etc., y luego, la mochila iba metida en una bolsa de basura grande. Con lo cual ya podía caer el diluvio, que no se me iba a mojar la ropa.

Y nuevamente me puse en marcha, subí el kilometro que me faltaba muy bien, y corone la cruz de hierro. Nada mas pasarla la cruz (físicamente existe esa cruz), había un aviso que ponía “cuidado ciclistas, pendientes peligrosas” Y vaya si tenia razón. Eran cuestas pequeñas, de 200 o 300 metros máximo, pero con pendientes muy fuertes. Entre eso y que el suelo estaba muy mojado, baje bastante acojonado. Creo que tarde lo mismo en bajar que en subir el puerto. Pero no hubo ningún momento de tensión, todo bajo control.

Una vez bajado, llegue a Ponferrada. Allí fue donde empecé el camino cuando lo hice andando. Estuve dando una vuelta por la ciudad y seguí mi camino. Eran cosa de las 5 y estaba cansado, pero quería montar un rato más. La salida de Ponferrada un caos, no estaba muy claro. Y en una de estas, tras una cuesta de estas que joden, con un bochorno importante, aparezco en un pueblo que no aparece en mi papel. Si a eso le sumamos que hacia como 15 min que no veía una flecha amarilla, efectivamente, me había pasado un desvío y me había perdido. Dudo sobre si tirar un poco más o volver, pero decido volver, y tras 4 Km. descubro que efectivamente me he saltado un desvío a la izquierda. Cojonudo, No tenía bastante con llevar 5h y algo encima de la bici, que me hubiese llovido, si no que encima me perdía. Estaba a unos 2 Km. de Ponferrada y a unos 8 de Camponayara, con lo cual decido hacer un esfuerzo y llegar a Camponayara y dormir allí. Esos 8 Km. se me hicieron interminables, Me pego una pájara y estaba sin fuerzas. Hacia muchísimo calor y mis piernas no iban. Y todo esto pese a que el terreno era llano y se montaba bien. Pero no había marcha atrás, había que seguir. Llegue al pueblo, me pare comprar agua (encima me había quedado sin agua), y cuando pregunto que donde esta el albergue, me dicen que en Cacabelos, en un pueblo a 6 Km. de allí. No lo podía creer. 6km más. Valore la opción de buscar una pensión, hostal, o lo que fuese y dormir allí. Llevaba casi 6 horas en bici y no podía más. Ni mis piernas, ni mi cabeza. Pero luego pensé “soy marica o que” así que seguí hasta Cacabelos.

Y por fin llegue a Cacabelos. 6 horas y poco, 80km, había llegado. Tras un par de vueltas por el pueblo, encontré el albergue. En la puerta me pongo a hablar con tipo que acababa de llegar en bici como yo. Este albergue era como un barracón dividido en secciones, como pequeñas habitaciones para dos personas. Total que comparto habitación con Alberto (el tipo de la bici) Es de Málaga, y mientras estiro se pone a hablar con dos tías que compartían la habitación de al lado. Eran una húngara y una holandesa. La holandesa hablaba algo de español, pero la húngara nada. Pero el tío le echaba un par de pelotas y pese a que tampoco tenía mucha idea de ingles, se lanzaba. Me pregunto que quería hacer, y le dije que cenar algo y acostarme pronto. Aparte, como había llovido mucho quería buscar aceite para la bici (al final no hizo falta porque el llevaba) Me dijo que porque no nos íbamos a cenar con estas. La verdad es que no me apetecía mucho, y le dije que no, que si querían tomar algo ok, pero yo a las 9 estaba acostado. A estas tampoco parecía apetecerles mucho, pero Alberto estuvo ahí machacando y a eso de las 8 nos fuimos a tomar algo los 4. Tomamos unos vinos en un sitio que nos habían recomendado, y luego cenamos pulpo. Estuvimos hablando de España, de los motivos que tenia cada uno para hacer el camino. Yo estaba destrozado, pero me reí mucho y estuvo bastante divertido. Al final aparecimos en el albergue a las 23.

Nos acostamos a eso de las 23:30. Cada albergue tiene sus reglas, y en este había que salir antes de las 8. Lo que implicaba que a las 7 arriba. Esa noche volvió a jarrear, y volví a dormir francamente mal.

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