Porque para algunos, existió un antes y un después del 20 de mayo del 98.
Existió una ciudad, Ámsterdam.
Existió un lugar, el arena.
Existió un equipo, el Madrid.
Existió un hombre, Mijatovic.
Existió un minuto, el 68...
Allí nació una leyenda para los que allí estuvimos.
Ese 20 de mayo, el Madrid gano la SEPTIMA.
Aquí voy a contaros todo lo que viví con Rec aquel mayo del 98.
Porque han pasado 10 anos, pero lo recuerdo como si fuese ayer.
Allí empezó la aventura.
Ahora esta todo muy bien organizado, pero esa era la primera copa que jugaba el Madrid en muchos años y era todo un poco caos. Tras el empate en Dortmund, hable con Rec y quedamos para ir al Bernabéu a ver como pedirlas. Había unas colas enormes, y nadie sabia nada. Nos apuntamos en una lista, que se suponía que si tenias entrada te llamaban. Pero era todo incertidumbre, había muy poca información. Pasaron varios días, y nada. Recuerdo perfectamente como un martes, a las 7 de la tarde sonó el teléfono de mi casa. Lo cojo y preguntan por Rec (Miguel Reglero) En ese momento un escalofrío recorre mi cuerpo. Solo podía ser el Madrid (ya que habíamos echamos la solicitud juntos) Me dicen que efectivamente tenemos 2 entradas, y donde y cuando ir a recogerlas. Al segundo llamo a Rec (previos varios gritos y botes en el salón de mi casa) Teníamos entrada, nos íbamos a Ámsterdam.
El viaje.
Como no trabajábamos, evidentemente buscamos la opción mas económica. El autobús. El autobús salía el día anterior, el 19, a las 10 de la mañana de la puerta 0 del Bernabéu. Entre pitos y flautas salimos a las 11 de allí. El bus era normal, pero estrecho. Dentro de lo que cabe tuvimos suerte y nuestros asientos estaban justo detrás de la puerta, con lo cual no llevábamos nadie delante.
El viaje en si interminable. Íbamos en un grupo de unos 8 buses. Uno de ellos se rompió en Burgos, y estuvimos parados cosa de una hora esperando uno de repuesto. Pasamos la frontera con Francia por la tarde – noche. Teníamos que atravesar Francia entera, para luego pasar Bélgica y llegar a Holanda. Hubo un momento duro, a las 12 de la noche, cuando vemos que estamos a 600km de Paris. Hubo momentos en que creía que no íbamos a llegar. No dormimos apenas. A eso de las 12 de la mañana, vimos un cartel que ponía Ámsterdam. Habíamos llegado. El bus nos dejo en el parking del Arena. La primera impresión del estadio fue increíble. Es como una nave espacial, redondo, precioso. Llegamos, dimos una vuelta por el estadio, y nos bajamos a la ciudad. Comimos en un McDonald’s, dimos una vuelta en barco, nada de setas ni estupefacientes (por si alguien piensa algo raro), y a eso de las 7 nos volvimos al Arena (en metro)
La previa.
Había mucha gente, muchas colas para entrar y mucha seguridad. Pero a eso de las 8:15 entramos. Subimos las escaleras hasta nuestro sitio. Y allí estaba. El Ámsterdam Arena lleno. La mitad bianconero (de la Juve), la mitad blanca y morada (del Madrid) En ese momento pensé que llevaba todo la vida deseando vivir algo como eso. La emoción me embargo, había soñado muchas veces con ese momento, y ahora estaba allí, en Ámsterdam, viviendo una final de Champions. Estaban presentando a los jugadores de la Juve. El ruido era atronador. Pero después llego la presentación de los del Madrid. No he gritado tanto en mi vida. Era una guerra entre aficiones, y había que darlo todo.
Luego, presentación, espectáculo, parafernalia antes del partido… y a las 20:45 empezó el partido.
El partido empezó con la Juve jugando mejor, y nosotros un poco acojonados. Pero para ser sinceros, de la primera parte no recuerdo casi nada. Un tiro de Raúl que salió rozando el palo. El resto, nada. Se paso como un relámpago. Al descanso íbamos 0 – 0.
En el descanso, había gritado tanto en la primera parte, que no podía casi hablar. Y aun quedaba la segunda
De la segunda, en los primeros 21 minutos tampoco recuerdo gran cosa.
Pero llego el minuto 22. Lo recuerdo perfectamente (quizás porque lo habré visto mil veces, no se) Saco de banda Panucci a Seedorf, a Panucci otra vez. Centro al area desde la derecha. La peina para atrás un defensa y le queda muerta a Roberto Carlos. La pega mordida, el balón la toca un defensa de la Juve y se le queda muerta a Pedja delante del portero. Le regatea, y con un toque sutil marca. Gol. En el estadio (el gol fue en el fondo de los aficionados de la Juve) me pareció un golazo por la escuadra. En ese momento, no sabes que pensar. Me abrace a Rec, al tipo que tenia al lado, grite gol como creo que no lo he hecho nunca. El Madrid acababa de Marcar, íbamos 1-0 arriba.
EL resto del partido, creo que fueron los minutos más largos de mi vida. La Juve atacaba a muerte, y nosotros nos defendíamos. Pero fuera de eso, recuerdo la sensación de mirar el reloj cada 10 sg y ver que el tiempo no pasaba casi. Ya no podía gritar (realmente me dolía tanto la garanta que no podía ni hablar), pero había que darle un ultimo empujón.
La celebración, la hostia. El momento en que Sanchis levanto la copa, era el sueño de muchas generaciones de madridistas, y yo había tenido la tremenda suerte de estar allí, de haberlo vivido en persona. Nunca habrá un “We are the champions” como el de Ámsterdam.
Fueron 25 horas de viaje, 7 horas por Ámsterdam, 90 minutos de sufrimiento, para en un segundo, sentir la gloria y estar en el cielo. Fue increíble.
La vuelta.
De la vuelta poco que contar. Tardamos 23 horas, y me dolia tanto la garganta que no pude dormir, ni hablar casi
Con Dios
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