miércoles, 18 de abril de 2012

Cadaveres en el armario I

Esta entrada la escribí hace tiempo. Y siempre he tenido la duda de publicarla o no.  Pero al fin y al cabo, es lo que pienso, así que (tras varias modificaciones) ahí va...


Buenas.
Para los que me conocéis desde hace poco, no siempre he sido así. De hecho, con 13 años era el pringao del colegio al que todo el mundo pegaba, sin amigos, ni oficio ni beneficio, malos días aquellos. No me siento orgulloso, pero aprendí muchas cosas de esa época, sobre todo a valorar la amistad. Lo que no te mata te hace mas fuerte. 
Todo cambio con 14 años, coincidí con Rec y Chufo en clase, y Chufo y yo montamos un grupo de amigos que con el paso de los años (con idas y venidas) sigue subsistiendo (de acuerdo, con un poco de ayuda de Pintrul y Sergio...)
Pero el tema de esta entrada es los amigos que he dejado en el camino. Amigo para mi no es cualquiera, espero lo máximo y lo doy todo. Que considere a alguien mi amigo de verdad es complicado (y eso que me siento orgulloso de tener muchos y variados), y cada vez que he perdido uno me he sentido dolido y triste.

Todo esto viene a cuenta de un sueño que tuve el otro día...

Mi primera decepción como amigo fue Miguelan. Le consideraba un amigo de verdad, pero se echo novia y todo cambio. Poco a poco dejo de quedar, de hacer cosas con nosotros, solo con ella, y llego un punto que ya no se contaba con el para nada. Esto paso hace 14 años, joder como pasa el tiempo.
En este sentido no pude reprocharle nada, desde el primer momento fue sincero, me dijo que su prioridad era su novia, y obro en consecuencia. Alguna vez le he visto por el fútbol, pero la verdad es que no se nada de el.

Mi primera traición fue Susana. Era compañera y amiga mía del ejercito. Cuando su novio se mato en un accidente de trafico, me volqué con ella. Deje todo por estar a su lado (es lo que se supone que los amigos hacen), la apoye, estuve encima, hasta que 6 meses después empezó a salir con otro chico y me mintió, me utilizo y se aprovecho de mi amistad. Me sentí profundamente dolido, nunca entendí su egoísmo, pero aprendí una buena lección. A día de hoy, hace unos 10 años que no se nada  de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario