lunes, 26 de octubre de 2015

La triste realidad

Soy un tipo raro por muchas cosas. Muchas malas, y algunas buenas. Pero entre las buenas, esta el tema de la amistad. Mucha gente dice que los amigos de verdad se pueden contar con los dedos de una mano. Y no es mi caso, tengo la suerte de tener muchos y muy buenos amigos, amigos de verdad, que se que puedo contar con ellos cuando los necesito. Soy un tipo afortunado.

También me jactaba que en cualquier lugar que he estado, he sacado un amigo de verdad. Me refiero a sitios en los que he estado una temporada (véase Pernod, UC3M, GR o el instituto) Así lo pueden atestiguar Gon, Raul, Carlos o Javi, por ejemplo. Ayer me di cuenta que aquí no va a a ser el caso. 

La realidad es que le gente de diferentes países va a su bola, y mas ahora que estamos terminando. Todo el mundo tira para casa, y gente que no se ha hablado durante 5 años, ahora se llevan. Supervivencia supongo. 

En mi caso, creía que había fraguado un grupo de amigos, pero la realidad es que no.Es un grupo de gente que estábamos en el mismo lugar en el mismo periodo de tiempo, y que por circunstancias hemos hecho cosas juntos. Pero la realidad es que cuando se acabe esto, es poco probable que vuelva a tener contacto con ellos. 

Con los españoles, el principal problema siempre ha sido la edad. Que nadie me mal interprete, ningún problema con ninguno, al contrario, son mu buena gente todos. Pero cuando esto se acabe, cada uno tirara para su casa o donde sea, y la realidad es la que es. 
La única excepción quizás pueda ser Kike o Toni. Aun asi, la vida te sorprende en muchas ocasiones, el tiempo lo dirá.

Y como es que me di cuenta ayer. Al final mi carácter de buen samaritano hace que puedo decir que practicamente a todo el mundo, en algún momento le he ayudado. No por nada, realmente porque me gusta ser así. Y cuando he necesitado ayuda,la realidad es que he estado solo. Es duro, triste, pero al fin y al cabo es lo que hay.

Revital esta fuera de esta reflexión, lo que tenga que pasar entre nosotros, pasara. Pero no como amigos. 

La sangre no ha llegado al río, que nadie se alarme. No están siendo buenos días por aquí, pero vendrán mejores. Y si no, son dos meses hasta Navidad, aguanto el tirón como haga falta.
Con Dios

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