Lo del titulo. Tiene su sentido, pero es mas para los que estuvimos allí.
El viaje empezó raro. Camino del aeropuerto se desmayo un tipo a nuestro lado. Pero llegamos bien de hora. Estaba Marcos, y Chufin llegó un poco mas tarde.
Facturamos las maletas, y nos pusimos a esperar para embarcar. Y es curioso, porque nuestro viaje estuvo a punto de morir antes de empezar. Estábamos hablando, despistados, al lado de nuestra puerta.
Hasta que escuchamos por los altavoces “ultima y definitiva llamada para el vuelo de Berlin” ¿ultima y definitiva? Estábamos a unos 10 metros de la puerta de embarque, en la parra, y casi perdemos el avion.
Aterrizamos, recogimos las maletas, y empezó la aventura. El metro de Berlin es un poco caos, y eso pseudo-gratuito (sin comentarios). No teníamos mucha información de Berlin (por no decir nada), pero Gon se “encontró” una guia en el aeropuerto, y fue la que nos ayudo bastante.
Pues llegamos a Berlin, y antes de buscar el apartamento, y sin saber donde ir, pues que hacer. Cervezas y salchichas. Nos tomamos unas cervezas y unas salchichas, en el mismo aeropuerto.
Estaba a 10 minutos andando de Alexander Platz, una de las principales plazas de Berlin. Bastante céntrico.
E
Dimos algunos tumbos, y aparecimos en un irlandés (Kilkeny), donde trabajaba la madre de mis hijos (aunque eso lo descubrimos mas tarde), con la intención de ver al Madrid (en Champions)
Nos tomamos un par de pintas, y a dormir (no todos), ya que estábamos destrozados.
Entre pitos y flautas nos acostamos a la 1, otros a las 2.
Al día siguiente queríamos hacer el tour gratuito por Berlin.