miércoles, 12 de noviembre de 2014

Opiniones

Totalmente de acuerdo con Forges:

Quienes me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de éstos, creo que ha llegado la hora de ser sincero. Es de todo punto necesario hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrítica, tomando, sin que sirva de precedente, la seriedad por bandera
Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo.
Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros.
Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. 
Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de los nuestros.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado  natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura.
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.
- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.
- Mediocre es un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada –cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
- Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida.
- Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
- Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
- Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo.
  ANTONIO FRAGUAS DE PABLOS (FORGES)

Sobre la independencia, estoy totalmete de acuerdo con estas lineas. 
 
He pensado yo, que voy a ejercer mi derecho a decidir.
El lunes voy a hablar con la agencia de la comunidad de vecinos, para informarles de que pienso pintar la fachada de mi piso de verde.
Ya me imagino su reacción, se negarán a negociar, me dirán que tiene que estar toda la fachada del mismo color, que para pintar el edificio lo tendrían que votar todos los vecinos de la comunidad...
Me voy a negar en rotundo, les voy a decir que el 15 de enero, digan lo que digan tanto la comunidad, como el ayuntamiento, yo mi fachada la pinto de verde, que ejerzo mi derecho a decidir y que además se va a hacer una votación, pero nada de votar todos los vecinos, ellos no viven en mi casa, por lo que se votará únicamente en mi casa.
Ya lo tengo todo maqueado, no voy a poner un mínimo de participación, también podrán votar los menores de edad (tengo un niño de 2 años y una niña de 5 que dirán que si, porque les he dicho que el verde es más bonito, que mola más y que serán la envídia del barrio), mi mujer dice que ella pasa de votar, que no está para tonterias y que hay que hacer lo que decida la comunidad, será facha la tía esta ¡FASCISTA!.
Además podrá votar mi hermano ya que trabaja aquí y puede subir a mi casa cuando quiera, como le he prometido un aumento de sueldo (que no pienso cumplir) votará que si.
También podrán votar unos colegas míos que vienen a mi casa de vez en cuando, a los que les he prometido cervezas de marca y jamón ibérico si apoyan mi decisión, luego les pondré cerveza del DIA y patatas fritas como siempre, en el mejor de los casos.
A la comunidad les diré que o me dejan hacerlo o dejaré de pagar la comunidad.
Por supuesto, los votos los contaré yo mismo, con lo que entre mi voto, el de mis dos niños, mi hermano y mis 5 amigos suman 150 votos a favor y una abstención de la facha de mi mujer, que precisamente es la única nacida aquí.

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